La pintaroja es un pescado de aquellos que se considera poco noble, un poco como el bacalao o las arengadas de hace 60 años. Del mismo orden que los tiburones, uno de sus parientes grandes es la “mussola” “caralló”o “cazón”, muy usado a la cocina andaluza. El ‘cazón’ pero, a diferencia de la pintaroja, desprende un aroma a las pocas horas con cierto regusto de amoníaco.
Se captura normalmente por arrastre y una vez pescada los pescadores extraen inmediatamente la piel porque pasadas 3 o 4 horas es muy difícil de sacar. Es una especie de tiburón relativamente abundante a las costas de los Países Catalanes.
Tiene un cuerpo alargado y esbelto, con la cabeza aplanada y el hocico relativamente largo. Cinco pares de aperturas branquiales. Aleta larga y asimétrica, con el lóbulo inferior poco desarrollado. Es de color marrón claro o gris oscuro (los grandes ejemplares casi todos son oscuros), con manchas oscuras circulares o rectangulares, y el interior de su boca es negro. Vive a los fondos de barro entre los 150 y 1870 m de profundidad, y se alimenta de crustáceos, peces, pops, sepias y calamares. Se encuentra en el Mediterráneo, no en el Adriático norte y en el mar Negro. En el Atlántico oriental, se encuentra de Noruega en el Senegal. No está regulada ni tiene talla mínima legal. Su talla máxima es de 92 cm (52 cm en el Mediterráneo) y la común es de 10 a 50 cm.
Gastronómicamente: Tiene una carne blanca y de textura firme, muy apropiada para adobos y estofados marineros, a los que aporta mucha gelatina procedente de su hueso central, con la ventaja que no tiene espinas. Se suele cocinar estofada, ya sea como un ajo quemado, con patatas o un ajo-y-pimienta.